El Relato de Patricia
Hoy solo puedo contarte esto desde mi dolor, apenas me estoy restaurando, recojo mis piezas rotas para volver a armarme porque me rompí, deje que me rompieran, tanto que hay días en los que no me reconozco.
Al principio todo parece un cuento de hadas, cuando comienza la conquista todo se ve bien, el problema es cuando pretenden adueñarse de uno y nosotras lo permitimos.
Lo conocí una mañana de trabajo, él era un hombre normal, con un físico aceptable y una personalidad abstracta, parecía tierna su timidez y su constancia en pedir una salida conmigo, finalmente caí en la trampa y accedí.
Todo fluyo normal, atenciones y detalles de su parte que algunas decimos merecer, pero en el fondo nos sorprende y agradecemos infinitamente. Poco a poco fue tomando el control, hacía planes por mí, colapsaba mi tiempo para que solo fuera para él y de un día para el otro ya compartíamos habitación y me quedaban muy pocos amigos.
Sé por carne propia lo que es permitir cosas por amor, cosas que nos dejan huellas imborrables. Sé que somos nosotras mismas las que caminamos, cegadas por un mal concepto de amor, hacia la guarida oscura del lobo feroz.
Hoy me doy cuenta que el problema comienza desde la raíz, desde el punto en el que no sabes ni que es lo que quieres, mucho menos lo que mereces. Y no se trata de rosas ni de citas románticas, se trata de amor incondicional, apoyo, aceptación; se trata de complicidad.
Lo que merecemos no es un concepto en internet, lo que merecemos es tangible y es real para cada una de nosotras, es único y deberían enseñarnos a identificarlo desde que nacemos pero, aún hay muchas que buscan la respuesta de esto.
Sabiendo lo que merecemos podríamos evitar que nos hicieran daño monstruos como él pero, ¿Como saberlo? Yo ni recuerdo cuando comenzaron a dañarme…
No solo hablo de él, hablo de mi pasado, de mi niñez y mi adolescencia. A mi familia cuánto le permití decidir por mi, cuanto le permití juzgarme; por mis amigos cuanto fingí ser alguien que no soy para agradar, a mis ex novios cuanto le dí de mí sin saber que estaban ellos dispuestos a dar… ¿Cuándo podré descubrirme a mí misma?
Según mi psicóloga mi historia es común, pero duele como si nunca me lo hubiesen advertido. Me perdí a mi misma, permití que apagaran mi carisma y mi seguridad, aparte mis hobbies y sacrifique mi felicidad por un amor que no tenía futuro, aun así él me pedía más, exigía todo de mí, como si quisiese guardar todo lo mío en una cajita de cristal para que nadie más lo pudiera ver. ¿Qué más podía darle?
Le dí mi brillo, mi alegría, mi amistad, mis caricias, mi amor real, resguarde mi cuerpo con camisas cerradas, como si eso comprobará algo, solo para verlo conforme, me aleje de mis seres amados, y me fui llenando de humillaciones hasta que sin darme cuenta, me las creí.
Acepte sus gritos y amenazas despertando en una convivencia que nos envenenaba a ambos.
Mi vida misma se había esfumado ya sólo vivía para él, como un trofeo al que resguardaba con recelo y al que no le importaba dejar caer.
Un trofeo que él llevaba en sus manos y mostraba a sus amigos, que sentía y escuchaba cada una de sus palabras hirientes, sabía que estaba errado en su forma de actuar conmigo, aun así mis fuerzas para darme mi lugar ya no estaban, me las había robado, ahora las tenía él, mi pasado, la vida misma; las había sacado de mí
Cuando desperté y mire a atrás, aún pude ver la luz, recuerdo que cada paso que daba de regreso iba rompiendo una parte diferente de mí, mi orgullo, mi tenacidad, mis máscaras, todo se iba desapareciendo al volver a mi origen.
No se que se sentía peor, si estar con él o agachar la cabeza para volver a donde perteneces pero, a veces debemos sacrificar un poco de dolor para sentir alivio, bueno esto se puede decir cuando ya has sufrido demasiado y yo, ya no podía romperme más.
Hoy le puedo agradecer por mostrar la verdad en mi interior, sí, me enamoré de un monstruo pero, eso es mi culpa y no de nadie más, es culpa de mis vacíos, de mis creencias y expectativas, de las ilusiones que me dibujaron de niña y de mi ignorancia.
Dependía de mí el poner un alto, decir que no; dependía de mí encontrar mi seguridad, mi coraje en defender lo que soy, en no aferrarme a los juicios, en liberarme, no sólo de él sino de todo.
Por eso hoy reconozco todo de mi, mis inseguridades, lo que me sobra, lo que me falta, mis abandonos, mi dolor y mis cicatrices, hoy las abrazo, junto mis piezas y me prometo volver a brillar pero, esta vez de verdad.
Brillaré reconociendo lo que merezco, lo que soy, lo que me faltó y lo que voy a luchar por conseguir, no volveré a sacrificarme por amores errados, hoy estableceré conceptos correctos para mi, y los demás que se ajusten a ellos, si no, no son dignos de recibir mi luz.
Fin.
Gracias por llegar hasta acá. Si te gusto este relato coméntame… si quieres leer más has clic aquí.
Hermoso relato, inspiración para todas las mujeres que perdemos el valor por un amor que no te acepta tal como eres, que no valora, que no te admira como la grandiosa mujer que está a su lado. Espero le pueda llegar a todas esas mujeres que necesitan alieno y fé por medio de estas letras ❤️
Me gustó mucho tu forma sencilla y clara para expresar los sentimientos. Una excelente enseñanza, no solamente para mujeres, y no sólo para relaciones amorosas, abarca enseñanza para la vida. Felicidades y gracias por compartir.
Creo que muchas mujeres en algún determinado momento de su vida se han podido sentir como Patricia. Pero como bien lo indicas mucha culpa la tiene la sociedad que nos arrastra con cuentos de hadas y desde muy chicas no se nos enseña las diversas realidades que se pueden experimentar. Que bueno que Patricia, al igual que muchas otras mujeres pudo recoger sus pedazos, darse cuenta de su situación y volver a intentar salir a la luz.
Me encantó! mucho de este relato se parece a mi historia. Yo se lo que se siente vivir esto. Hasta que por magia o que se yo, decides que ya no más, te eliges a ti y a tu paz. Dejas atrás las manipulaciones, los malos tratos, la falta de amor, la desvalorización. Te sientes libre de decir y hacer sin miedo a que por cualquier desacuerdo comiencen las represalias, las malas miradas o que te dejen de hablar por días y hasta semanas.
A patricia la admiro por su valentía y a ti carlita por tu manera de regalarnos estos relatos tan maravillosos! 💓